Los siete jinetes de la muerte

REGRESAN LOS DEMONIOS (O a lo mejor… nunca se han ido)

La aparición de los antibióticos y los métodos de control de infecciones después de la segunda guerra mundial, alimentó esperanzas en los científicos y no científicos del mundo, en el sentido de una posible “erradicación total” de ese flagelo que la humanidad ha tenido que enfrentar. Ese optimismo tuvo su pico en la declaración de la OMS en 1978 en Alma Ata (antigua Unión Soviética) en la que se formularon los postulados de Salud Para Todos para el Año 2000, que predecían que aún las naciones más pobres de la Tierra iban a tener una transición en sus sistemas de salud, con erradicación prácticamente total de las principales enfermedades de transmisión masiva y que las infecciones no serían más una amenaza para la salud del mundo. Veamos cual fue la triste realidad               

Las enfermedades infecciosas permanecen a nivel mundial como la primera causa de muerte, produciendo de un 25 a un 35% de todas los decesos que se registran anualmente (entre 13.5 y 19 millones de muertes en 1998).

La mayor parte de las muertes por infecciones ocurren en los países pobres y entre ellos la mayoría de las víctimas son niños.

Las infecciones cuentan por en 41% de la “Carga de Enfermedad” valorada por años de vida ajustados por discapacidad (DALYS), en comparación con un 43% de las enfermedades no infecciosas y un 16% de los accidentes o muertes violentas

A pesar de que ha habido algún progreso en el control de las enfermedades previsibles por vacuna, como polio, tétanos neonatal y sarampión, un documento producido por el gobierno de los Estados Unidos  ha identificado al menos 29 nuevas enfermedades infecciosas que han aparecido desde 1973, muchas de ellas incurables o de muy difícil control como el VIH/SIDA, la fiebre hemorrágica Ébola, Hepatitis C, etc.

Una veintena de enfermedades que se encontraban “controladas”, como la tuberculosis, el cólera, la malaria y el dengue, ha re-emergido después de un periodo de aparente disminución, con el agravante que volvieron con mayor fuerza y con cepas más resistentes a los métodos tradicionales de control.

La globalización y el aumento de los movimientos trans-fronterizos de personas y bienes perecederos ha creado un riesgo permanente de extensión epidémica de algunas infecciones que, hasta el momento se han mantenido aisladas a los países menos favorecidos, sobre todo el África Sub-Sahara, el Lejano Oriente y algunos países de la antigua Unión Soviética. Así tenemos que en los Estados Unidos el número de muertes por infecciones se ha duplicado desde 1980 en que se alcanzó el nivel más bajo de la historia, llegando a 170,000 muertes en 1999.

Los Siete Jinetes de la Muerte:

Las 7 enfermedades infecciosas más mortíferas del momento son, de acuerdo a la OMS y al AFMIC (Armed Forces Medical Intelligence Center) 1.-  HIV/SIDA, 2.-  tuberculosis, 3.-malaria,  4.- hepatitis B y C, 5.-  enfermedades respiratorias bajas, 6.-  diarrea y 7.- sarampión.

HIV/SIDA

Después de su descubrimiento en 1983, la expansión de la pandemia del SIDA creció rápidamente a lo largo del mundo y, a pesar de que al parecer, su crecimiento se ha contenido en algunos países, a nivel global no se ve tendencia para un abatimiento de su progreso. Aproximadamente 2.3 millones de personas murieron por esta enfermedad en 1998 y aparecieron ese mismo año casi 6 millones de nuevos casos. Cerca de 40 millones de personas infectadas viven en la actualidad, según cálculos de la OMS.

A pesar de que, en los países desarrollados, el ritmo de muerte ha disminuido en 2/3 gracias a mejores campañas de prevención y a los costosos tratamientos multi- droga,                                                                                                             

la pandemia continúa expandiéndose en el tercer mundo, sobre todo el África Sub-Sahara, en donde se registra el 95% de las muertes totales. A pesar de que esta región del mundo es la de más alta prevalencia, el problema se está extendiendo rápidamente hacia La India, Rusia, China y gran parte del resto de Asia.

Tuberculosis: 

La Tb, esa aristocrática enfermedad de la edad moderna que causaba la muerte a lánguidas margaritas y elegantes figuras de la alta sociedad, disminuyó mucho en los países desarrollados y cuasi-desarrollados como el nuestro hasta el punto de que, hospitales enteros dedicados a su tratamiento como el Blanco Cervantes y el Sanatorio Durán, debieron ser cerrados o dedicados a otros menesteres.

Sin embargo, exacerbada por la multi resistencia a las drogas, la limitada efectividad de la vacuna y la asociación con el SIDA, el subdesarrollo y la pobreza, hace que este fenómeno social regrese incluso a las sociedades más desarrolladas las que enfrentan hoy día también graves problemas derivados de la inmigración ilegal o derivada de antiguas políticas colonialistas.

La enfermedad es especialmente prevalente en Rusia, India, el Sudeste de Asia, África Sub-Sahara y partes de Latinoamérica. Más de un millón y medio de muertes ocurrieron el año pasado en relación a este padecimiento y aparecieron más de 7 y medio millones de casos nuevos, el 10% de los cuales fue por bacterias resistentes a los tratamientos convencionales. El problema de la resistencia es catastrófico ya que el costo del tratamiento se incrementa entre 10 y 15 veces haciéndolo prohibitivo para los países pobres y también la coinfección con virus del SIDA.

La Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia global en 1993, pero el problema continúa creciendo, especialmente debido a la resistencia multi-droga y a la asociación entre Tb y SIDA.                                

La enfermedad es especialmente prevalente en Rusia, La India, el Asia del Suroeste, África Sub-Sahara y algunos países de América Latina. La mortalidad reportada parece haber disminuido dramáticamente entre 1995 y 1998, pero lo que ocurrió es que se empezaron a reportar las muertes por Tb en los pacientes con SIDA como causadas por esta última enfermedad. Se reportan anualmente unos 7 y medio millones de nuevos casos.

Malaria

A pesar de que la mayoría de las muertes ocurren en países en desarrollo, las regiones más desarrolladas del mundo están sufriendo el embate de la infección debido a la resistencia a las drogas y a la disminución de las medidas preventivas

El control en la década de los 60 con el uso de insecticidas de larga duración, principalmente el DDT (Dicloro, difenil tricloroetano) un potente insecticida que fue prohibido en la década de los 70 por influencia de la Environmental Protection Agency de los Estados Unidos en defensa de ciertas aves y peces en los que el producto se podría acumular ya que se alimentaban básicamente de insectos que habían ingerido la sustancia.

A partir de la suspensión de los programas rutinarios de rociamiento con insecticidas, el control de los mosquitos vectores de esta enfermedad bajó, lo que ha marcado un repunte severo de la misma con un problema agregado de resistencia a las drogas, mientras que los prospectos para una potencial vacuna, a pesar de los esfuerzos del investigador colombiano Patarroyo.

En 1998 se estimó que 300 millones de seres humanos fueron infectados con malaria y de ellos fallecieron más de 1,100,000. La mayor mortalidad se da nuevamente en África Sub-Sahara y en el lejano Oriente, sobre todo Malasia y Tailandia en donde el problema de la resistencia del “falciparum” a las drogas se ha vuelto un obstáculo muy difícil de superar.

Hepatitis B y C:

En el año 1997 la hepatitis B causó al menos 600,000 muertes y su incidencia es endémica en los países en desarrollo, con un número cercano a los 350 millones de portadores en todo el mundo.

La variedad de hepatitis C es menos frecuente pero notablemente más letal y su incidencia a aumentado dramáticamente, siendo actualmente un contribuyente importante en los casos de cirrosis y cáncer del hígado. La OMS estima que el 3% de la población global se encuentra infectada con hepatitis C, lo que significa que aproximadamente 170 millones de personas están en riesgo de desarrollar complicaciones de la enfermedad. Se ha logrado determinar que aproximadamente un 25% de las personas infectadas con ambos tipos de virus terminarán con cirrosis o cáncer hepático en los siguientes 20 años después de la infección. Es de notar que estas enfermedades son previsibles por vacunación, por los que su incidencia en el mundo que goza de condiciones sanitarias desarrolladas ha bajado notablemente.

Infecciones Respiratorias Bajas:

En especial nos referimos a la influenza y la neumonía, las cuales son responsables por 3 y medio millones de muertes alrededor del mundo en el año 1998. La mayoría de los muertos son niños que viven en condiciones de pobreza en los países en desarrollo. Esta cifra es alta pero es uno de los casos en los que se puede notar mejoría, ya que en el año 1993 el estimado de la OMS fue de 4.1 millones. La vulnerabilidad aumentada a las infecciones respiratorias la determina el estado de depresión inmunológica asociada con la desnutrición y el crecimiento de la resistencia de las bacterias a los antibióticos conocidos tal como la penicilina.

Mientras las condiciones socioeconómicas de esos niños no mejoren ostensiblemente, no será posible abatir la frecuencia de estos males.

Diarreas:

El consumo de aguas contaminadas por materia fecal de personas o animales o alimentos preparados en condiciones higiénicas deficientes, aunado a la desnutrición y, sobre todo, a la ignorancia de las madres que desconocen los principios básicos de la rehidratación oral, es la causa de más de 2 millones de muertes alrededor del mundo, la totalidad de las cuales ocurren en niños de menos de 6 años. Si bien el número ha disminuido desde más de 3 millones en 1993, esta disminución puede estar más en relación con el control de la epidemia de cólera, que con mejoramiento real de las condiciones sanitarias y socioeconómicas en los niños que viven en sociedades menos favorecidas. La principal causa de muerte es la Escherichia Coli, sin menospreciar la contribución de otros tipos como la disentería bacilar (shigelosis) el cólera y ciertos virus como los rotavirus que son prevalentes en todo el mundo en desarrollo y, recientemente, también en los países que emergieron del antiguo bloque soviético. Las inversiones en alcantarillado sanitario y agua potable, así como campañas de educación a los padres de familia son pobres en esos sitios y no parecen prometer una solución al problema, al menos a corto plazo.

Sarampión:

Cuarenta y dos millones de niños son infectados anualmente por esta enfermedad en todo el mundo y, de ellos, mueren cerca de 900,000. En este caso se ha podido lograr una reducción de la mortalidad la cual fue reportada en 1,300,000 en el año 1993 y esa reducción se puede atribuir casi completamente a las campañas masivas de vacunación. A pesar de ello continúa siendo la causa principal de muerte entre las personas desplazadas o refugiadas por causa de catástrofes naturales o provocadas por el hombre.

Esta enfermedad se espera que siga causando estragos en el África Sub-Sahara en donde las condiciones sanitarias son muy precarias y la frecuencia de vacunación muy baja, esperándose también epidemias aisladas pero no despreciables en los países de Centro y Sur América que tienen mayores índices de vacunación pero aún distan mucho de alcanzar tasas aceptables. 

VIH-SIDA

VIH SIDA

EL VIH o virus de inmunodeficiencia adquirida es uno de los seres vivos más inteligentes ya que se las ingenia para atacar y destruir las únicas células que podrían limitar su desarrollo los CD4
EL VIH o virus de inmunodeficiencia adquirida es uno de los seres vivos más inteligentes ya que se las ingenia para atacar y destruir las únicas células que podrían limitar su desarrollo los CD4

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, conocido por su acrónimo SIDA, es un conjunto de enfermedades y no solamente una.

Estas enfermedades incluyen procesos infecciosos por virus, bacterias, hongos o protozoarios, y tumores diversos todos relacionados con la pérdida de la inmunidad (ver articulo relacionado con la inmunidad humana).

Todo resulta como consecuencia de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana o VIH.

El sida y la infección por VIH se adquiere por varios métodos pero el más frecuente es la TRANSMISIÓN SEXUAL o por transmisión MADRE-HIJO lo cual causa gran cantidad de niños infectados, sobre todo en los países más pobres del mundo. La transmisión sexual se da tanto en relaciones homosexuales o heterosexuales. En una relación heterosexual la mujer tiene más probabilidades de infectarse que el hombre. O sea que una mujer que tiene relaciones sexuales sin protección con un hombre infectado corre mayores riesgos que al contrario cuando el hombre no infectado tiene relaciones con una mujer infectada, pero todo esto puede variar con el tratamiento que recibe el paciente o sea la actividad del virus en eses momento.

La sifilis fue en el siglo XIX una pandemia tan grave como es hoy el SIDA y esta infección se asocia también con el síndrome que baja las defensas de las personas que lo padecen
La sifilis fue en el siglo XIX una pandemia tan grave como es hoy el SIDA y esta infección se asocia también con el síndrome que baja las defensas de las personas que lo padecen

Tanto el SIDA como la infección VIH son incurables y eventualmente causan la muerte en la mayoría de las personas, aunque existen hoy en día esquemas de tratamientos ANTIRRETROVIRALES (ARV) que han logrado aumentar la esperanza de vida de los enfermos o portadores del virus al tiempo que reducen la probabilidad de que desarrollen las infecciones secundarias o tumores que son los que generalmente causan la muerte.

No cabe duda que el SIDA fue la epidemia del siglo XX y una de las principales del siglo XXI siendo una de las causas de mortalidad más importantes del mundo causando más de cinco mil muertes al día. (Esto es una apreciación porque realmente no se conoce el detalle de muchos países del sur de África en donde la mortalidad es más alta que en el resto del mundo y la población no tiene acceso a medidas de protección ni a tratamientos ARV). (ver historia del descubrimiento del SIDA).

Según la Organización Mundial de la Salud, el gran impacto del SIDA es perceptible en los indicadores globales de salud, que muestran una disminución de la esperanza de vida en los países con mayor prevalencia de la infección por VIH.

La mayor consecuencia no es realmente la mortalidad, ya que la vida de las personas infectadas sin tratamiento adecuado es en donde se manifiesta con mayor dureza.

En regiones empobrecidas, miles de personas no cuentan con acceso a los antirretrovirales debido a su alto costo o a su indisponibilidad. El sida empobrece a las familias y a las comunidades, no sólo por su costo, sino porque los pacientes pueden estar incapacitados para trabajar o desarrollar su vida normal a causa de las enfermedades.

Un número importante de niños y niñas quedan en desamparo por causa de la mortalidad derivada del sida.

En muchos países africanos el SIDA ataca a un alto porcentaje de la población sobre todo a los niños
En muchos países africanos el SIDA ataca a un alto porcentaje de la población sobre todo a los niños

En varias etapas del ciclo de vida del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), las proteínas virales interaccionan con la célula que da hospedaje al virus y como resultado se modifica el funcionamiento celular.

A través de estas modificaciones el virus hace que la célula produzca más virus o sea nuevas partículas virales infectivas y las proteínas del VIH juegan un importante papel en la conversión de la célula en una máquina de producir y liberar más virus.

Son las interacciones entre el VIH y la célula el principal foco de interés de los investigadores porque esa relación puede usarse para atacar al mismo virus e “IMPEDIR SU REPRODUCCIÓN” que es lo máximo que se ha alcanzado por medio del desarrollo de drogas antirretrovirales. De esa manera se Buscan nuevas estrategias que permitan producir la desactivación de las proteínas del VIH y esperamos en algún momento lograr una droga que verdaderamente MATE al virus.

El complejo VIH-SIDA se ha dividido en dos enfermedades o dos etapas de la misma enfermedad. Cuando el paciente se infecta le llamamos SERO-POSITIVO o VIH POSITIVO y en esa etapa los síntomas son pocos y con tratamiento ARV se puede prácticamente disminuir el número de virus (expresión viral) a cantidades imperceptibles. Eso puede favorecer que la enfermedad no progrese a la segunda etapa o sea a LA INFECCIÓN POR SIDA propiamente dicha.

El uso de medicamentos combinados puede controlar la replicación del virus y fortalecer el sistema inmunitario; la consecuencia es que la infección se convierte en crónica y no deriva en sida.

En condiciones normales y SIN TRATAMIENTO debe transcurrir un periodo de uno a diez años para que la mayoría de los pacientes desarrolle la SEGUNDA ETAPA o sea la infección por SIDA produciéndose la muerte en un periodo de tres a cinco años por causa de INFECCIONES O TUMORES INTERCURRENTES o sea que la debilitación progresiva del sistema inmunológico del paciente, lleva a la producción de gran cantidad de enfermedades que, junto con la desnutrición severa, son las que llevan a la muerte.

Por medio de laboratorio se dice que una persona tiene SIDA cuando un paciente seropositivo presenta un conteo de linfocitos T CD4 inferior a 200 células por mililitro cúbico de sangre.

En esta condición, el sistema inmune se halla gravemente deteriorado, de modo que queda expuesto a diversos procesos patológicos generados por el conjunto de infecciones oportunistas produciendose el COMPLEJO SINTOMATICO SIDA.

Cuando las condiciones de los servicios médicos no permiten la realización de pruebas de laboratorio, se declara que un paciente ha desarrollado SIDA cuando presenta enfermedades que se consideran definitorias del síndrome como la infeccion por citomegalovirus, e sarcoma de Kaposi la neumonía por neumocistis carini y otras.

La epidemia de infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH/SIDA) ha cobrado gran relevancia mundial, siendo declarada, en junio de 2001 (a los 20 años de su descubrimiento), una «emergencia de seguridad mundial», por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

El principal problema del SIDA es que el virus ataca a los glóbulos blancos encargados de la defensa primaria del organismo llamados CD4 contra la misma infección (o sea destruye a los soldados) y eso hace que su curación sea poco menos que imposible porque no hay forma de que el cuerpo se defienda adecuadamente.

CD-4El descenso de los CD4 durante la infección por VIH parece estar condicionada por activación inmune, lo cual no siempre se relaciona con la carga viral del paciente. A pesar de ello, los clínicos experimentados han notado que algunos pacientes desafortunados mantienen los CD4 bajos o incluso en niveles descendentes, a pesar de tener buena terapia ART y cargas virales no detectables.

Ocasionalmente también se observan pacientes con bajos niveles de CD4 en los llamados “ellite controllers”. Se plantea, por parte de investigadores que la HIA (activación inmune) es un posible mecanismo para esta respuesta aparentemente paradójica.

En el número de la revista Clinical Care del 25, de febrero de 2008 se publica un artículo firmado por el doctor Charles B. Hicks sobre el tema que incluye la revisión de 330 casos incluyendo pacientes “Ellite”, personas no infectadas, infectados en tratamiento e infectados sin tratamiento.

Se conocen como pacientes ellite o “Ellite Controllers” a pacientes que sin ART tienen cuentas bajas de CD4 pero con excelente control de la replicación viral a pesar de no tener tratamiento. Los investigadores están tratando de relacionar la activación inmune con este tipo de respuesta aparentemente paradójica.

En el estudio se midieron los niveles de lipo-polisacáridos plasmáticos (LPS) para dilucidar si la translocación microbiana (o sea la migración de bacterias desde las cavidades como el intestino o los bronquios) a través de superficies mucosas puede ser la causa que inicie este tipo de respuesta.

Como comentario, el autor dice que esos hallazgos indican que los pacientes elite tienen más altos niveles de activación inmunológica en los CD8 en comparación tanto con personas no infectadas como con infectados cuya replicación viral está suprimida por ART.

Esas diferencias se asocian con diferentes tasas de disminución de los CD4 sugiriendo que la activación promueve la pérdida de CD4 y la inmuno-deficiencia, aún en ausencia de viremia detectable.

A pesar de que mucho falta por elucidar se espera que estas reflexiones y estudios permitan desarrollar estrategias de intervención que permitan cambiar el pronóstico y el manejo futuro de pacientes con infección VIH que no responden adecuadamente al ART.

La pandemia ha crecido invariablemente desde el primer caso descrito hace ya 33 años, con 25 millones de individuos fallecidos desde 1981. Actualmente, más de 40 millones de personas en el mundo están infectadas con el virus. En el año 2003 hubo 5 millones de nuevas infecciones y se estima que 3 millones de personas murieron por causas asociadas a la infección VIH/SIDA, representando la cuarta causa de muerte en el mundo. Se estiman 14.000 nuevos casos al día, de los cuales, 95% ocurre en países en vías de desarrollo y sobre todo en los países del África sub-Sahara o sea los países que quedan al sur del Ecuador y son los más pobres del mundo, junto con otros como Haití y algunos del centro del Asia.

Uno de los principales problemas en la actualidad es el fracaso terapéutico y, dentro de éste, el aumento de resistencia a drogas antirretrovirales. Este problema se origina por la asociación de las características propias del virus (variabilidad genética, latencia y reactivación, adaptación a puertas de entrada, infección de reservorios), junto a una inadecuada supresión viral por falta de fidelidad de los pacientes en el consumo de los medicamentos.

Se sabe que el virus ha desarrollado RESISTENCIA o sea una menor susceptibilidad a las drogas por mutaciones en los genes relacionados con las enzimas transcriptasa reversa y proteasa viral.

La resistencia que aparece en una persona en tratamiento, se ha denominado resistencia secundaria, mientras que la resistencia primaria se observa en los pacientes sin tratamiento como resultado de la transmisión de virus resistentes de parte de personas infectadas.

Esperamos que en los próximos pocos años se logren desarrollar nuevas drogas que ataquen directamente al virus, causando su desorganización y permitiendo la desaparición de la infección. Pero sin duda el principal problema hoy en día ES ECONÓMICO ya que a cantidad de casos que se producen en los países pobres y la aparición de cepas virales resistentes puede hacer que la epidemia simplemente EXPLOTE y se torne imparable.